Lo que podemos aprender del escritor cubano José Martí

El escritor cubano José Martí

Traducimos para vosotros un interesantísimo artículo escrito en agosto de 2015 por Alfred J. López, profesor de inglés y literatura comparativa en la universidad de Purdue acerca de José Martí.

Para los cubanos y cubano-americanos, este verano pasado ha estado lleno de acontecimientos. Para mí, sin embargo el punto culminante del verano de 2015 fueron las seis semanas que pasé en Miami, en la enseñanza de un curso sobre el escritor cubano y revolucionario José Martí en la universidad Internacional de Florida. Por fin tuve la oportunidad de traer a Martí a los lectores que había imaginado para mi reciente biografía del gran escritor cubano: esa tercera generación desde la dominación inglesa cubano-americana y otros latinos anglófonos caribeños, que podrían haber oído hablar de Martí en familiares y  en la boca de políticos pero no lo habían leído.

Yo esperaba que el enfoque del curso fuera sobre los escritos de Martí en los EEUU y la evolución de las relaciones con su país de adopción a finales del siglo XIX, y que la presencia de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba capturara el interés de mis estudiantes. Pero me sorprendí mucho por el nivel de compromiso de entusiasmo que mostraron en clase desde el primer día por el escritor cubano.

En parte debido a la brevedad de ese curso de verano y la cantidad de temas que omitimos- el amor de Martí a escritores americanos como Emerson, Whitman y Helen Hunt Jackson (cuya novela Ramona se tradujo al español), su brillante periodismo de la edad dorada, su compleja relación con la política y la cultura de Estados Unidos- algo de lo que nunca se habló a esos hombres y mujeres de ventialgo años del siglo XXI. Este post es mi manera de tratar de compensar esa ausencia, compartir todo eso que no se dijo en el aula.

Mis estudiantes -y todo aquel millenial* que esté leyendo esto- puede conocer lo que hizo este escritor cubano, intelectualmente importante, académicamente relevante y mucho más. Pero lo que quizá no se sepa demasiado- lo que o no tuve tiempo o la capacidad de decir en este tiempo de curso de verano- es lo que José Julián Martí y Pérez, este escritor cubano del siglo XIX y revolucionario es lo que podría significar para ellos en el 2015. Sus peculiaridades personales, experiencias de vida, no solo las condiciones materiales que los produjeron y su trabajo, y la forma en la que el tiempo y el lugar lo traducen en un lector de hoy en día.

Así que aquí muestro una lista preliminar y muy personal de lo que creo que se puede aprender del viejito Tío Pepe. En la elaboración de esta lista me he acercado a las cualidades personales y las opciones que José Martí hizo y que parecen traducirse bien ahora ya entrado en sigo XXI. Aquí van:

1) No importa de dónde vienes

Martí nació en una familia cubana de clase obrera, hijo de un soldado español. Su madre también provenía de una familia de militares leales al gobierno español después de que colonizaran la isla. Una combinación de malas decisiones financieras, la debilidad salud de su padre y la inestabilidad política de Cuba sumió a los Martí en la pobreza, poco después del nacimiento de Martí en 1893. La familia no tenía antecedentes de logros académicos o activismos políticos. Las probabilidades en contra Martí para llegar a la vanguardia de un movimiento político o de convertirse en un gran pensador y escritor cubano eran muy pocas.

No importa lo que entiendas como limitaciones externas, la falta de dinero o de oportunidades, una vida familiar difícil, la lejanía demográfica o la falta de acceso a ideas afines no importan. Si Martí lo hizo, tú también puedes.

2) Una vez encuentres tu propósito en la vida, adhiérete a él.

Dejando sus obvias capacidades intelectuales a un lado y su evidente brillantez- el mayor activo de Martí es innegablemente su persistencia y absoluto focus en las cosas que le importaban. Le plantó cara a obstáculos que nos destruirían a todo nosotros: Condenado a prisión y trabajos forzados a los 16 años, deportado dos veces de Cuba, la primera vez antes de los 18 años. Martí pasó una década viviendo cómo un nómada viviendo en cuatro diferentes países de dos continentes y fue expulsado de tres de ellos. Finalmente se estableció en Nueva York separado de sus familiares y seres queridos. Y aun así construyó la revolución que finalmente liberó a si pueblo de siglos de esclavitud económica, cultural y espiritual, sobreviviendo a años de persecución política y literal, incluso cuenta con un intento de asesinato. Las décadas de estrés y adversidad acababan con la constitución de Martí, mucho antes de su muerte en con 42 años, Martí era una ruina física con un montón de dolencias, pero aun así, nada lo detuvo. Ni siquiera tener a toda su familia en contra.

A veces las personas que más te quieren y que quieren lo mejor para ti- tus padres y mentores, tu pareja, tu mejor amigo- sencillamente se equivocan. Una vez tengas claro qué es lo mejor para ti, una vez cojas ese camino en la vida, no dejes que nadie se interponga.

3) Leer mucho

En realidad esto se traduce en la curiosidad intelectual. No se trata solo de leer o de escribir libros, aunque Martí leyera muchísimo de Shakespeare y Hugo en su juventud y Emerson, Whitman, Longfelloy y Alcott más adelante, sino sobre todo en la participación. Desde el arte a la ciencia, los deportes y todo lo demás. La amplitud de periodismo de Martí era asombrosa, de los juegos de niños a parques de atracciones, de los juicios políticos y combates de boxeo o el arte moderno y el puente de Brooklyn, de la difícil situación de los pobres a la alta sociedad. Le interesaba todo y escribió acerca de todo. Si hoy viviera, este escritor cubano estaría en blogs, en Twitter y en instagram escribiendo sobre Obama y Raúl Castro, pero también sobre Miley Cyrus, Caitlyn Jenner o Justin Bieber.

Detrás de su imagen (no del todo inmerecida) de persona austera, algo morbosa y de dura forma de pensar, Martí era una persona que amaba la vida y que abrazó el mundo en todas sus maravillas y horrores. Nada pasó de largo por su cabeza, le prestaba atención a todo. Tú deberías pensar de esta manera también.

4) Invita a otras personas-incluso a tus enemigos- a compartir tu visión, para que pueda ser su visión también.

En los primeros años de Martí su unitaria forma de pensar le metió en muchos problemas. A pesar de si dedicación inquebrantable a la liberación de Cuba, en el momento que rondaba los treinta años este escritor cubano había alienado a casi todos los que podrían ayudarle a conseguirlo. Pronto se transformó en un maestro constructor de coaliciones, creando un gigante político y recaudando fondos de lo que había sido una comunidad de exiliados díscola y obstaculizada por las disputas ideológicas. Logró esto no por ridiculizar o humillar a sus enemigos, sino por el uso de un objetivo común – a liberación de Cuba- como base para una organización democrática en la que todo el mundo tenía una participación y una voz. Hacia el final de su vida Martí había transformado a enemigos de toda la vida en algunos de sus más fieles y fervientes partidarios. Su genio en la articulación de una visión de la libertad y la democracia para Cuba se habría quedado en nada sin su capacidad de permitir que otros sean partícipes de ello y lo conviertan en su propia causa. Como este escritor cubano comentó acerca del puente de Brooklyn: “mejor que abrir pechos es unir ciudades”.

Nada en esta pequeña lista es explícito o estrictamente político. Parte de esto se debe a que la política y las batallas de Martí eran muy diferentes a las de hoy, aunque en muchos aspectos parezcan muy similares. En realidad es porque creo que Martí es mucho más grande que los cubículos ideológicos en los que los lectores han intentado meterlo durante más de un siglo. No importan nuestras inclinaciones políticas individuales, todos podemos aprender del ejemplo de este grandísimo escritor cubano, (que es mucho más que solo eso) cómo vivió y lo que vivió.

Puede que no todos seamos poetas o revolucionarios, pero todos podemos resolver nuestras vidas para intentar que sean más satisfactorias y más auténticas. A los 30 o más alumnos que tuve el placer de enseñarles este verano, tengo la esperanza de que el tiempo que pasaron con José Martí les ayudara para sus vidas.

Artículo original en inglés: http://www.huffingtonpost.com/alfred-j-lapez/what-my-millennial-studen_b_7984152.html

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