Las escritoras cubanas

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Junio 2010 a casi 3000 millas de Cuba. La Dra. Sara E. Cooper decidió crear una prensa literaria especializada en la traducción de los libros de las escritoras cubanas.

Las escritoras cubanas comenzaron a ganar un lugar en la historia literaria del país después de la Revolución Cubana a mitad del SXX. Gracias al centro de enseñanza obligatorio y el establecimiento de la Federación de las Mujeres Cubanas en 1960 a conseguido mayores tasas de alfabetización y un creciente papel de las mujeres en la sociedad. Con el tiempo estos factores han llevado a las escritoras cubanas a abordar temas de sexualidad y los roles tradicionales de género, lo que ha llevado a las escritoras a figurar prominentemente en las escenas literarias de La Habana y Cuba.

Aun así, las escritoras cubanas que tienen carrera en EEUU no han visto traducidas muchas de sus obras al inglés. Aquí es donde entra el proyecto editorial sin ánimo de lucro de Cooper, profesora de estudios de español, multicultural y de género en la Universidad Estatal de Chico, California. Dice que empezó esta prensa ya que es muy difícil tratar de encontrar la literatura Cubana especialmente escrita por mujeres.

Los profesores que quieren enseñar un libro cubano tienen generalmente que fotocopiarlo para sus estudiantes, lo que los pone en un aprieto legal en cuanto a los derechos de autor y los royalties. La literatura cubana se ha enseñado en los EEUU pero debido al embargo comercial contra Cuba los profesores no podían pedir los libros para sus librerías en el campus, por lo que los autores no estaban recibiendo ningún tipo de compensación mientras se estaba estudiando su trabajo. Mientras que muchos autores generan ingresos significativos prodecentes de la compra de sus libros por parte de los profesores cada año, los libros de los autores cubanos no podían ser pedidos en grandes cantidades.

Una de las autoras más destacadas de Cubanabooks y una de las más raramente permitidas en leer su trabajo en EEUU y participar en las discusiones es Georgina Herrera, quien ha trabajado en radio y escrito cuentos cubanos, novelas  obras de teatro que hacen especial hincapié en las mujeres  y en los afrocubanos. Según Herrera, Cubanbooks es “una puerta milagrosa de amor que se abre a los lectores, es completamente otro idioma”.

Cooper trató primero de conseguir que las escritoras cubanas fueran traducidas y publicadas en los EEUU de una manera más tradicional, al lanzarle la idea a los editores. Según Cooper muchas la rechazaron. Estaban preocupados, ya que el trabajo no era el más adecuado para su lista de Cuba particular, o que no tienen una lista de Cuba en particular y no creían que su público estaría interesado. En la mayoría de los casos, se reducía la preocupación de los editores a que no podían vender las copias suficientes para hacer el proyecto económicamente viable. Otra editorial feminista estaba muy interesada en el proyecto de las escritoras cubanas de Cooper y en la obra de Mirta Yánez en particular, pero pedía una novela en lugar del libro de relatos cortos que Cooper había escogido, algo habitual, que las novelas se venden mejor que las colecciones de cuentos.

Sin embargo, rechazaron la novela de Yánez porque el narrador era un hombre. Uno de los cinco grandes editores que rechazaron  a Cooper también rechazaron a la escritora cubana porque la consideraban demasiado inteligente y compleja para la audiencia americana.

Según Cooper, muchos inmigrantes Cuba de la primera oleada se consideran a sí mismos exiliados y se alinean con la derecha conservadora estadounidense. “En su mayor parte, esta primera oleada de emigrantes estaba muy bien educada, era profesional con impulso y con recursos” dice ella. “Muchos de ellos habían estado viajando por los EEUU durante años, tenían cuentas bancarias aquí, fueron educados aquí y tuvieron posiciones profesionales relativamente fáciles y bien consideradas. Eran las clases altas que se habían levantado a creer en su poder y su lugar en la jerarquía, por eso tienen políticos de gran éxito cubanos en EEUU, profesores de universidades, empresarios etc. Y mantienen excelentes comunicaciones en medios de comunicación para expresar su perspectiva. Esto ha llevado – según Cooper- al interés de la literatura cubana, de Cuba, no de los escritores cubanos, por eso esta última rara vez se enseña en las universidades de los EEUU. Siendo el público teóricamente perfecto para este tipo de literatura, se aliena a sí mismo de cualquier cosa escrita en la isla, a menos que sea subversivo o disidente. Y más si es procedente de escritoras cubanas.

 

 

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